Ataque carlista a Behobia el 12 de octubre de 1874.
La prensa británica siguió con atención la Segunda Guerra Carlista. Ejemplo de ello es el prestigioso The Times. Desde octubre hasta noviembre de 1874 tuvo corresponsal en Hendaya, enviando noticias casi todos los días. Similar seguimiento hicieron las revistas The Graphic, an illustrated newspaper y The Illustrated London News. El miembro de la Cruz Roja Vincent Kennett-Barrington, fue corresponsal del primero y también del francés Le Monde Illustré en este conflicto de Behobia.
Le Monde Illustré. "Affaire de Behobie". París, 31 de octubre de 1874.
Ya hemos mencionado en este espacio acontecimientos en torno a la Segunda Guerra Carlista en Irun. El ayuntamiento liberal desde principios de octubre de 1874 estaba preocupado por los movimientos carlistas. Los preparativos que se veían en el alto de San Marcial, en Azkenportu y en otros puntos de la zona podían tener dos motivos: el ataque inminente o el desembarco de armas. Así fue. Como primer paso para la toma de Irun, los carlistas buscaban apoderarse de la fortaleza de Behobia.
Los carlistas prepararon un carro blindado de asalto, construido por José Joaquín Enparan en la ferrería de Vera de Bidasoa. El día 10 llega a Irun la noticia de que el carro blindado ha salido de Vera. El comandante de Irun, Juan Arana, refuerza el destacamento que defiende Behobia. El ataque carlista comenzó hacia la madrugada del día 12. Los carlistas toman las casas contiguas a la fortaleza de Behobia y hacen fuego desde ellas.
H.Harrald. "Carlists besieging republicans in the fortified customs house of Beobia". The Graphic. 31-X-1874. Fuente.
El fuerte es sólido y los 11 carabineros y 29 miqueletes presentes están preparados para aguantar el ataque, pero escasea la munición. El comandante Juan Arana intenta hacer llegar los cartuchos a los sitiados. Desde Francia primero pero las autoridades francesas no se lo permiten. Por el río Bidasoa después, pero los carlistas atacan a tiros las barcas de los liberales y no consiguen llegar. Además mataron a dos miqueletes y a un voluntario que viajaban en la lancha e hirieron a otros dos miqueletes. Entonces Arana decide ayudar directamente a los sitiados de Behobia con sus escasas fuerzas de Irun.
Vincent Kennett-Barrington. "A race for life: an incident of the recent carlist attack on Behobia". The Graphic. 5-XII-1874. Fuente.
Entretanto el carro blindado había llegado a la altura del fuerte de Behobia. Éste tenía un sistema de proyectiles de fuego, pero los liberales se dieron cuenta de que los pies de los que movían la barricada quedaban al descubierto y dirigieron los tiros hacia allí. Los carlistas tuvieron que abandonar el carro blindado en su retirada.
Vierge. "Barricade roulante". Le Monde Illustré. 31-X-1874.
La barricada rodante capturada por los miqueletes. Archivo Municipal de Irun. Fondo Jaime Rodríguez Salís.
La prensa británica también recogió otros trucos utilizados por los carlistas en el ataque. Como este para que los republicanos derrocharan pólvora.
"The Civil War in Spain: sketches from the battle of Behobia: A waste of Republican powder." The Illustrated London News. 31-X-1874. Fuente.
No obstante, el ataque dirigido por Juan Arana procedente de la villa de Irun fue un éxito y consiguió la retirada de los carlistas.
El miembro de la Cruz Roja Vincent Kennet-Barrington, fue testigo de este ataque y este es su testimonio publicado por el diario parisino Le Monde Illustré:
"Bayona, 15 de octubre. (...) Ataque a la casa fortificada de la Aduana cuando había una densa niebla que cubría el Bidasoa. Los carlistas, unos 1.500, avanzaron hasta las casas contiguas al río; luego, haciendo agujeros de una casa a otra, llegaron hasta la cabecera del puente, bordeando la Aduana y el puesto de cincuenta hombres antes de que se diera la voz de alarma. Poco después de levantarse el alba, cuando la alarma se extendió, una intensa descarga de mosquetería despertó a actores y espectadores. La guarnición francesa, en la orilla contraria, tomó las armas. Los carlistas avanzaban de casa en casa, protegidos por las paredes, y los republicanos ocultos, los dos partidos disparándose, sin verse. El cañón de Irún se interpuso entonces, pero sin mayores consecuencias, pues a pesar de los proyectiles que podían llegar, los carlistas seguían detrás de sus refugios. Al final, la guarnición de Irun llegó a apoyar al fuerte de la aduana. Veinticinco miqueletes hicieron una carga de bayoneta; los vieron subir como gatos por las crucerías de las casas, y salir con las manos teñidas de sangre. Los carlistas huyen ante este puñado de hombres. Por la tarde todo había terminado. Sin embargo, el cañón de Irún seguía disparando y varios obuses cayeron en Francia, matando a un soldado e hiriendo a una mujer en un brazo. Mi boceto representa al pueblo en llamas. Nada más entrar, los miqueletes le prendieron fuego, empleando el petróleo que los carlistas usaron en el incendio de la Aduana y que abandonaron en su huida. Dicen que varios vecinos han encontrado la muerte en ese brasero. Era un espectáculo tan sombrío como espantoso y pintoresco al mismo tiempo."
V. Kennet-Barrington. Le Monde Illustré. 24-X-1874.
Finalmente, como es habitual, la población civil sufrió las consecuencias del ataque.
H. Harrald. "The Civil War in Spain: Republicans burning the village of Beobia". The Graphic. 31-X-1874. Fuente.
"Sketches from the Battle of Beobia : after the battle". Illustrated London News. 31-X-1874. Fuente.
Sin embargo, los carlistas lograron disimular el fracaso del ataque de Behobia, ya que esa noche hicieron un gran desembarco de armas en el cabo Higer de la cercana Hondarribia. Así lo expresaron en la revista El Cuartel Real, publicada en Tolosa el 17 de octubre:
"La operación contra Behobia ha tenido como objetivo apoyar el desembarco de cañones, fusiles y cartuchos en el Bidasoa. Una vez conseguido el desembarco hemos abandonado Behobia, ya que aún no hemos intentado atacarlo seriamente."
"Débarquement d'armes". Le Monde Illustré. 12-IV-1873.
Dos días antes, el diario The Times del 15 de octubre hacía un planteamiento similar. Seis cañones, 3.000 fusiles y 500.000 cartuchos fueron desembarcados por los carlistas en el cabo de Higuer:
“El ataque del puente de Behobia no era más que una estratagema para desviar la atención de la guarnición mientras se realizaba el desembarco de armas y municiones.”
