Una mirada filosófica

30/07/2020
Estamos llegando al final de la publicación de las 30 miradas sobre el recorrido del Museo. Hoy recogemos la aportación de Santi Eraso.

Colaboramos con Santi Eraso durante todo el proyecto Tratado de Paz, corazón del diseño expositivo de la Capitalidad Cultural Europea de Donostia 2016. Desde su primera fase en 2013, hasta la que realizamos en torno al Abrazo de Bergara en 2016. Santi también nos ha ayudado a ofrecer otra mirada sobre nuestro patrimonio.

Le Camus Behobie 1823

REVISAR LA(s) HISTORIA (s), SIEMPRE En el epílogo que la filósofa catalana Marina Garcés escribió para el opúsculo El peligro de la historia única de la escritora nigeriana Chimamanda Hgozi Adichie, se pregunta: “¿De cuántas historias está hecha una idea?. En la escuela hemos aprendido, si hemos tenido suerte –dice- historia de las ideas. La llamamos Historia de la Filosofía. Es una materia en singular, que nos dice que hay una sola historia, un solo camino, un origen y un final con diversas etapas, diversas corrientes, diversas lenguas... pero, en cualquier caso, un solo pensamiento universal encajonado en una sola historia. Hay pueblos, hay cuerpos, hay autores y hay formas de pensar que han  encontrado en ella su lugar. El resto ha quedado fuera. Desde esta óptica, hay gente sin historia y hay gente sin filosofía. Pero lo que no hay, ni puede haber, es gente sin ideas y gente sin historias (…) aprender a pensar es aprender a relacionarnos con lo que no sabemos, concluía. Las relaciones entre historia y verdad, parafraseando al historiador y teórico de la historia Reinhart Koselleck, tan solo se pueden abordar si se acepta la compleja relación entre presente, pasado y futuro, y si en esa relación espacio temporal vemos estallar diacrónicamente nuevos conflictos. En cierto modo, como Pedro G. Romero planteó en la exposición 1839. Ante el Abrazo de Bergara. Gesto e interpretación presentada el año 2013 en el Museo Zumalakarregi, en el marco del proyecto "Tratado de Paz" del programa de la Capital Europea de la Cultura 2016. En aquel conjunto de exposiciones las obras de arte presentadas apelaban a su condición anacrónica, no en el sentido vejatorio que la palabra alcanza en su uso común sino como resultado del uso que, primero Carl Einstein y Walter Benjamin y después también Giorgio Agamben y  Georges Didi-Huberman, dieron al término en un sentido que revaloriza los relatos históricos. Anacronismo– decía Pedro G. Romero, como esa facultad para hablar a dos tiempos a la vez, una a cualquier tiempo pasado, incluso atendiendo a instancias mitológicas del tiempo y la historia, y otras tendiendo al presente, más allá de las condiciones culturales en las que se fabricó o produjo.